Una vez que se han detectado problemas en el área de alimentación del niño debemos plantear una intervención dirigida a implantar hábitos adecuados y saludables de alimentación.
Es importante destacar lo estrechamente relacionados que están el adecuado desarrollo de la alimentación con otras habilidades como el lenguaje.
Una alteración en los hábitos de alimentación tiene consecuencias perjudiciales para el organismo, influyendo a distintos niveles, ya sea biológicos o psicológicos.
La intervención es siempre INDIVIDUALIZADA, teniendo en cuenta las habilidades, capacidades y necesidades específicas de cada caso.
Además de recoger información a través de entrevistas a la familia, también debemos realizar observaciones directas de la actividad en sí misma (además de una valoración en nuestro departamento, se pueden solicitar vídeos a la familia para observar la alimentación en su contexto real).
Es importante dejar claro que no existen pautas ni “recetas milagrosas” con pasos a seguir que funcionen de igual manera para todos los niños… Lo que existen son distintos abordajes, que combinan varias disciplinas (terapia ocupacional, psicología, logopedia) según las necesidades específicas de cada niño.
Antes de establecer un tratamiento se debe valorar minuciosamente para determinar qué dificultades manifiesta:
(¿Conducta? ¿Dificultades en la deglución? ¿Control postural? ¿Debilidad en la musculatura orofacial? ¿Masticación? ¿Problemas de integración sensorial?)
Para así poder plantear unos objetivos de tratamiento en colaboración con la familia.
**Documento a tener en cuenta para una valoración exhaustiva
EL ENTORNO
Aunque inicialmente se comience a trabajar en el departamento de Terapia Ocupacional con el objetivo de controlar la intervención y modificar gradualmente ciertos aspectos, el objetivo último es lograr una intervención en el entorno natural.
¿y qué es esto? Es donde el niño lleve a cabo la alimentación normalmente (en el comedor del cole, en la cocina de su casa, en el comedor de su casa…)
Parece muy obvio, pero es muy común encontrar que los problemas de alimentación se abordan de manera unilateral en entornos “demasiado artificiales” como puede ser la sala de terapia ocupacional o logopedia de un hospital o un centro de atención temprana…
Lo más importante es ir aportando PAUTAS a los familiares/centros escolares para favorecer la generalización de los aprendizajes.
EL MOMENTO
Al principio, para no saturar y teniendo en cuenta que posiblemente se disminuya la cantidad de comida que ingiera el niño elegiremos UN ÚNICO MOMENTO. Siempre será la misma comida, y nos aseguraremos de tener tiempo suficiente para poder trabajar los objetivos. Es el niño quien marca el ritmo, y no podemos meter prisa.
Es importante convertir el momento de la comida en agradable y placentero: postura cómoda, pero adecuada (espalda apoyada, pies en el suelo o apoyo…), no aumentar el estrés (que sea un lugar tranquilo, y nosotros mostrarnos serenos).
No forzar: cuanto más se fuerce mayor será la negativa. La motivación debe ser intrínseca (el propio niño debe querer llevar a cabo la actividad), y trataremos de favorecerlo. Será conveniente que sean ellos los que perciban cierto grado de control de la actividad.
No mentirles, cumplir siempre las recompensas que se prometen.
Anticipación visual: claves visuales a través de viñetas ayudarán al niño a anticipar el momento de la alimentación |
Puede ser él mismo con ayuda del adulto quien coloque en el panel las viñetas, de esta manera su implicación es más activa. |
El plato debe quedarse vacío: es una ayuda visual que indica que la actividad ha finalizado |
* idea* Si usamos un plato transparente podemos colocar en el fondo un dibujo/frase (reforzador) que le guste. Se animará a acabarse la comida para ver el premio que hay debajo. |
Graduar mucho los cambios para no generar rechazo |
Si queremos que un niño que no tolera sólidos comience a hacerlo iremos variando la textura muy gradualmente. Reforzando siempre cada pequeño avance. |
Tener en cuenta productos de apoyo para la alimentación |
Pueden favorecer la autonomía del niño y permitirle mayor control durante la actividad. |
Los reforzadores debe asociarlos al momento de alimentación |
Al inicio se debe reforzar cada conducta positiva (cada mordisco, cada intento). Poco a poco debemos ir espaciando los refuerzos. Tener en cuenta que el refuerzo debe ser algo MUY deseado por el niño. |